La ley de Comida Casera para la venta no es la respuesta a los problemas de las pequeñas granjas

Aug 4, 2014

La ley de Comida Casera para la venta no es la respuesta a los problemas de las pequeñas granjas

Aug 4, 2014

En inglés.

Cuando la Ley de Comida Casera en California entró en vigor a principios del año pasado, fue aclamada como una nueva oportunidad para que los grajeros a pequeña escala pudieran incrementar sus ganancias. La ley permite que ciertos alimentos sean preparados en las cocinas caseras y vendidos directamente al púbico en mercados de granjeros o en puestos a la orilla de la carretera.

El programa para pequeños granjeros de la UC (UC Small Farm Program) llevó a cabo una serie de talleres de dos días en distintas localidades de California para hablar acerca de las estipulaciones de la nueva ley.  

Shermain Hardesty, especialista de Extensión Cooperativa de la UC, fue la coordinadora e instructora de la serie de talleres. Las clases tuvieron mucha popularidad, pero muchos de los granjeros descubrieron que el contenido de la ley tiende a dificultar su creatividad en lugar de abrir nuevas oportunidades empresariales.

Hardesty dijo que la Ley de Comida Casera (AB 1616) fue diseñada, entre otras cosas, para ayudar a las familias de granjeros a preparar productos de frutas secas, mermeladas, jaleas y mantequillas con sus productos excedentes. Sin embargo, el Departamento de Salud Pública de California requiere a todos los operadores de comida casera a  realizar todo el proceso en las cocinas de sus hogares, para cumplir con las Estipulaciones Reglamentarias Relacionadas con los Requisitos de Salubridad y Preparación para las Operaciones de Comida Casera. (Statutory Provisions Related to Sanitary and Preparation Requirements for Cottage Food Operations). He aquí algunos fragmentos del Código de Salud y Seguridad, el Código H&S, incluyendo el H&S 113980 sobre requisitos para alimentos  (Excerpts from the California Health and Safety; H&S Code, including H&S 113980 Requirements for Food), específicamente el CDPH requiere que los operadores de comidas caseras cumplan con los siguientes requisitos operacionales:

"Toda superficie, equipo y utensilios que estén en contacto con los alimentos usados en la preparación, empaque o manejo de cualquier comida casera se deben lavar, enjuagar y desinfectar antes de usarse. Todas las áreas de preparación y almacenamiento de alimentos se deben mantener libres de roedores e insectos".

No se permite, por ejemplo, cortar fruta y ponerla a secar al sol. En el caso de las mermeladas y jaleas, la ley estipula que deben usarse proporciones de fruta y azúcar que requieren más azúcar que fruta. Para algunos cocineros, las reglas van en contra de las características de sus productos caseros tipo gourmet.

“Yo realmente trato de no ponerle mucha azúcar a mis mermeladas. Quiero que sepan a fruta”, dice la granjera Annie Main, quien tomó la clase impartida por la UC.

Main y su esposo Jeff cuentan con un negocio de frutas, verduras, flores y hierbas orgánicas en 20 acres de terreno en el Valle de Capay en el condado de Yolo.

“He venido agregándole valor durante 20 años”, dijo Main. “En la década de los 90, empecé a hacer mermeladas y jaleas en una cocina certificada de alquiler. Pero es toda una travesía conseguir mano de obra, frascos, suministros y fruta y llevarlos a la cocina del restaurante después de que cierran y trabajar hasta la media noche. Pensamos que con la nueva ley podríamos hacerlo en nuestra propia cocina, lo cual sería fabuloso”.

Sin embargo, se dio cuenta que las reglas de la nueva ley son tan restrictivas que casi son prohibitivas.

“A los granjeros que asistieron a la clase se les preguntó si la ley aumentó su habilidad de obtener una ganancia económica en sus productos. Todos negaron con sus cabezas”, señaló Main. “La nueva ley no nos ayuda en nada”.

Hardesty dijo que podría haber otras opciones para que estos agricultores puedan procesar y vender sus productos. Ella está planeando ofrecer otra clase el próximo otoño. Titulada “Cottage Food Plus”, la clase intenta ayudar a los cultivadores a encontrar mecanismos factibles para vender sus alimentos.

“Podrían usar un coenvasador o una cocina comercial para llevar a cabo el procesamiento o se registrasen como centro de procesamiento de alimentos”, manifestó Hardesty.