Hay muchas causas de malformación de la fruta de mora, incluyendo tiempo no favorable, genética o virus. Sin embargo, la causa más común es una carencia de polinizadores, tales como abejas silvestres y domesticas, durante el período de floración. Aunque las flores de mora puedan polinizarse a si misma, todavía 90 a 95% de polinización se atribuye a la actividad de abejas. Generalmente, dos colmenas fuertes se recomiendan mantener por cada acre de moras.
Para entender como polinización incompleta puede resultar en fruta malformada, es importante de profundizarse del carácter de la flor de la mora. La flor se compone de 100 125 pistilos, a los cuales se precisa transferir los granos del polen para criar una semilla madura y la drupa alrededor.
Acerca de 75 a 85 drupas componen una fruta de mora y cada drupa individual tiene la misma estructura que una fruta de ciruela, cereza o durazno. Si cada uno de esas drupas no es polinizada, la integridad de la fruta queda comprometida. Esto es porque la drupa inmadura y pequeña no contribuye a la estructura y consistencia de lo entero, y la fruta resultante es malformada y migajada.
Las fotos abajo demuestran polinización irregular en fruta de mora. En este caso, muchas de las drupas en la punta aparentemente no se han sido polinizadas, y son inmaduras y pequeñas. Aun más, uno puede ver claramente en la segunda foto el exceso de néctar en la flor, porque simplemente las abejas no la está colectando. Después, es seguro que este néctar causará problemas con moho negro y otros hongos, los cuales florecen en este medio tan rico de azucar y nutrientes.
Hay varias cosas que el agricultor debe tomarse en cuenta en cuanto del manejo de abejas:
1: Los enjambres tienen de ser fuertes. Han de haber muchas celdas en los panales y muchas abejas en las colmenas. Menos indica que la colmena está débil. Actividad de vuelo debe ser pesada, y el campo de moras literalmente debe estar hormigueando de abejas.
2. Aunque la flor de la mora sea muy atractiva a las abejas, existe la posibilidad que sean atraídas a otras flores en la vecindad. Si las abejas de un productor no se quedan en su campo, vale la pena averiguar a dónde se van.
3. Unos pesticidas, aunque no sean directamente tóxico a las abejas, posiblemente todavía las repelan. Productores deben darse cuenta de cualquier cambio del comportamiento de las abejas o fuerza de la colmena que sigue la aplicación de un pesticida.
Agradezco a Dr. Eric Mussen de UC Davis para su conocimiento profundo y contribuciones a entender este problema.
